El vuelo de El Gavilán

Todo parecía irle de perlas al discípulo de El Clarinetes. Después de destronar al maestro, apoltronándose en la cúspide del carnaval, llegó una época dorada donde no había nadie capaz de bajarlo de ahí. Un ciclo que va desde Capricho Andaluz hasta Encajebolillos. Me refiero a casi 20 años sacando agrupaciones de la talla de estas dos últimas y de Entre Rejas, Voces Negras, Ángeles y Demonios, A Fuego Vivo, Soplos de vida, etc,etc… El rey, el mejor o como dicen ahora los jóvenes: el puto amo.
Todo se acabó de golpe y porrazo. Pasó de héroe a prácticamente un segundon en la fiesta debido a tres grandes factores: El primero es, como pueden ustedes suponer, la aparición de El Demonio Antonio. Un autor que lo desplazó porque supo enganchar a otra generación con un estilo más fresco. El otro factor es una especie de venganza política por parte del partido socialista. Por lo visto las punzantes letras de El Gavilán contra el antiguo partido mayoritario no sentaron nada bien. Y el tercer y último bajón es el considerable bajón de calidad que sufrieron sus comparsas a raíz de la ruptura con el antiguo grupo de Pepe el caja.

En 1998 este autor saca Patiovecino. Yo por aquel entonces tenía cierta amistad con algunos de los componentes de esta comparsa. A posteriori me comentaron el malestar reinante en la comparsa por el premio obtenido. Mi respuesta siempre fue la misma: “Os han hecho un favor pasándoos a la final no queráis quedar por encima de Los Piratas y El Cielo de Cádiz”. Tal fue dicho mosqueo que la comparsa encima de todo me confesaron también que hubo filtraciones en el jurado y se enteraron del premio que iban a obtener antes de cantar en la final. Tal fue el mosqueo que la intención de estos muchachos era la de ir a la final sin el patio que montaban como atrezzo y colgar una pancarta donde pudiera leerse “TERCER PREMIO”.
Días después El Gavilán anunció su retirada sin dejar claro el por qué y con un río de especulaciones corriendo bajo sus zapatos. Parece ser que estaba cansado de terceros premios, de la incipiente superioridad de las comparsas de El Demonio o de verse relegado a ese segundo plano que antes mencioné.

Al siguiente carnaval se dedicó a escribir artículos en El diario de Cádiz y a sacar una comparsa “ilegal” llamado Los contrabandistas que el sirvió de canción protesta, o de protesta cantada, como ustedes quieran llamarlo. La comparsa recibió coplas y coplas reclamando su vuelta. Cuando llegamos al año 2000, prácticamente nadie se acordaba de el y con la llegada de El Sabina muchísimo menos.
Como muchos suponíamos este autor no iba a volver si estaba el otro. Tenía que volver cuando verdaderamente se le echase en falta. Cuando hiciera falta que alguien le eche un remiendo. Así fue. El Demonio Antonio se retiró en 2003. No volvió en 2004 para no dar demasiado el cante pero si lo hizo en 2005 con una comparsa que recordaba un estilo clásico que por lo visto ya no tiene cabida en la comparsa. Después de algunos vaivenes de comparsas donde se dudaba verdaderamente si el era el autor, como aquel engendro llamado La Quintaesencia.
Volvió a cogerle el punto a la comparsa con Los Héroes del 3X4 y el primer premio del año pasado, La Mare que me parió.
Siempre dije que este autor debió haberse retirada en el año donde Cádiz se le rindió a sus pies. Me refiero al año ’97 donde dio un bellísimo pregón y se gano dos primerísimos premios con El habla de Cádiz y Los buscavidas. Ahí debió quedarse la leyenda de El gavilán y no por política ni por celos, sino porque era lo mejor para todos.